Olvidos, ¿debo preocuparme?
Cuando sufrimos olvidos constantes las alarmas se prenden. Cuando nuestra memoria falla con regularidad detona la inquietud de padecer incipientemente de una enfermedad neurológica, como el Alzheimer. Pero la memoria, como otras facultades, cambia con la edad y es normal que ocurra, ¿pero es realmente así?

“¿Dónde dejé las llaves de la casa?… estaban sobre la mesa del comedor, estoy seguro, ahí las dejé… y… mis anteojos, ¡caramba!, tampoco los encuentro… “
“Oye, ayer pase una vergüenza, fui al taller mecánico del hermano de mi cuñada, y no pude acordarme de su nombre…fue vergonzoso”
“¿Dejé cerrada la llave del gas de la cocina? piensas mientras manejas tu auto o caminas por la calle”
Probablemente te ha pasado o quizá lo has escuchado contar a otros.
Como estos ejemplos, hay muchos.
Y la verdad, si estos olvidos, son situaciones aisladas y poco regulares, probablemente no nos inquietaran.
Sin embargo, cuando los olvidos son regulares provocan alarma.
Si a un adulto de mediana edad, lo intranquiliza, piensa en lo que sienten adultos mayores que están en la tercera y cuarta edad.
Porque a medida que pasan los años, el no acordarse con facilidad de nombres o situaciones provoca preocupación. Especialmente porque existen enfermedades como el alzhéimer que intimidan.
La memoria es un proceso activo
Se ha descubierto que la memoria efectivamente va cambiando con la edad. El cerebro usa diferentes procesos, para almacenar y recordar información, que varían con el transcurso de los años.
Como indica Archibaldo Donoso, del Centro interdisciplinario de Estudios en Bioética, de la Universidad de Chile:
“La memoria no es un registro pasivo de lo que sucede a nuestro alrededor, sino que un proceso activo, en el cual la persona decide qué desea recordar, a qué dirigir su atención para conservarlo. Algo similar sucede al evocar, uno se acuerda mejor de lo que le interesa, y la organización de los recuerdos depende de los propósitos del momento.”
Sin embargo, a medida que se envejece el cerebro pasa por cambios naturales. Uno de ellos es que las neuronas pueden comenzar r a transmitir mensajes más lentamente que en el pasado.
El proceso de guardar y recordar información se va haciendo más lento y el registro de datos aislados. Un ejemplo de esta disminución, son los nombres de quienes conocemos, que olvidamos.

Pérdida de memoria y envejecimiento
La pérdida natural de memoria relacionada con la edad, no impide vivir una vida normal.
Tal vez necesites hacer algunas listas o tener una agenda para recordar tus actividades o tareas.
Estos cambios en la memoria son generalmente manejables. No te impedirán trabajar, estudiar, socializar, en pocas palabras vivir con independencia.
Porque los olvidos no son siempre síntomas de tener alguna enfermedad cerebral o de senilidad. Pueden originarse a problemas emocionales, de estrés o por medicamentos que consumes.
Sin embargo, siempre hay que estar atentos, especialmente con adultos mayores más cercanos.
Con el envejecimiento se presenten problemas con la memoria y también pueden disminuir las habilidades relacionadas con el razonamiento.
Sin embargo, hay una diferencia entre padecer los cambios normales producto de la vejez a los de una enfermedad cognitiva como el Alzheimer.
Siempre consulte a un médico para obtener un diagnóstico y recibir la atención adecuada.
Como ayudar y mejorar la memoria
Algunas estrategias sencillas que podemos ocupar son las siguientes:
- Enfócate en lo que quieres recordar y evita distraerte
- Cuando leas un texto de tu interés, coloca atención a lo importante y deje pasar lo irrelevante
- Crear un sistema para no perder tus objetos. Por ejemplo, puedes poner las llaves o los anteojos siempre en el mismo lugar.
- Escribe a mano, una lista con las tareas del día. Por un lado, ordenaras tus actividades, pero por otra, te ayudará a memoriza.
- Realiza actividades y juegos para trabajar y estimular la memoria. Te sirven los crucigramas, los memorices, jugar a las cartas, entre otros.
- Descansa. Este consejo es igual tanto para jóvenes como para personas mayores. Es bueno recordar que no sólo los teléfonos móviles necesitan recargarse regularmente.
Conclusión
Todos tenemos olvidos. Porque con el paso del tiempo, nuestro cerebro cambia y una consecuencia es que no cuesta recordar ciertas cosas.
Sin embargo, cuando se vuelven regulares, se nos dificultad las actividades diarias. Mantener la concentración cuesta más y distraerse es más fácil.
Pero esto no prueba que en un futuro desarrollaremos unas enfermedades neurológicas, como el Alzheimer.
Siempre, para tu tranquilidad, tienes la opción de consultar un especialista.
Pero, recuerde, es prácticamente imposible tener una memoria impecable. Todos tenemos o sufriremos olvidos, sin importar la edad que tengamos.